jueves, 23 de abril de 2020

Maite Profe: Pintura del Barroco en España

La pintura barroca española engrandece el llamado Siglo de Oro de la cultura.

Marcada, igual que los otros lenguajes artísticos, por una profunda crisis económica y social, y una religiosidad mística, rayana en la superstición y en la milagrería, los principales autores van a trabajar para conventos e iglesias, evidenciando la influencia tenebrista o caravaggista llegada de Italia en tratados y grabados, elaborando una obra muy al gusto de la temática contrarreformista, que se irá clareando según avance el siglo. Las miserables condiciones de vida, la deformidad o lo grotesco también encontrarán hueco en unos lienzos ambiciosos, marcadamente realistas, que alternan la crítica y la picaresca.

La única excepción la va a suponer Velázquez quien, con orígenes comunes al resto, va a destacar con su genio y ambición en la Corte de Madrid, llevando a cabo obra aúlica, de poder, con unos logros atmosféricos conseguidos tras sus viajes a Italia, bien aconsejado por un Rubens deslumbrado por su talento natural.

Escuelas, autores y obras de la pintura del barroco español.
CRISTO ABRAZANDO A SAN BERNARDO

1. Escuela Valenciana, marcadamente tenebrista, por su cercanía con Italia, en ella destaca Francisco Ribalta, con su trabajado caravaggismo, la sobriedad del gesto de los personajes y la representación de los valores táctiles o matéricos, con gran calidad de fijación de las telas, texturas, pieles, ... y fuerte plasticismo, con cuerpos muy escultóricos. Entre sus conmovedoras obras, destaca Cristo abrazando a San Bernardo (1627) donde un Jesuscristo aparecido entre las sombras, bajado de la Cruz, abraza místicamente al santo.

MAGDALENA PENITENTE 1641
José de Ribera nació en Valencia, aunque trabajó siempre en Roma y Nápoles, por ello se le conoce como Il Spagnoletto. Especializado en pintura religiosa con fuertes claroscuros tenebristas, destacó por su impecable y realista tratamiento de la piel y de las arrugas, utilizando mendigos como modelos para sus santos, dando forma a  la idea contrarreformista de que la santidad estaba al alcance de cualquiera, lo que se aprecia en sus versiones de San Jerónimo o en San Andrés. Muy religioso y de carácter violentísimo, también utilizó a su bella hija para representar Vírgenes y Santas (Magdalena penitente, 1641). Como otros pintores españoles de la época, sufrirá una evolución tonal, abandonando el tenebrismo y dando paso a grandes cielos azules, de influencia veneciana, como se observa en obras como El sueño de Jacob (1640) o la célebre Martirio de San Felipe (1639).  Ribera también plasmó lo grotesco en obras como el Patizambo o la Mujer Barbuda.

SANTA POLONIA Y SANTA CASILDA (1638)
2. Escuela Andaluza, con una religiosidad más popular, en ella destacan varios autores que trabajaron sobre todo para conventos y cofradías. Entre ellos, el extremeño Francisco de Zurbarán que se especializó en la representación de frailes y santas. Con gran fuerza visual y marcado misticismo, la perspectiva y la composición queda en segundo plano tanto en sus obras religiosas como en sus sobrios - y cotizadísimos- bodegones, de corte tenebrista (1630). Su pincelada fina se observa en las series para los cartujos - siempre con su sotana blanca -: Apariciones de Pedro Nolasco (1629) o San Hugo en el refectorio (1655) Fueron muy populares sus series de santos y santas vestidas a la moda del XVII, algo muy característico de la época, para evidenciar nuevamente la santidad de la gente corriente. 

NIÑOS COMIENDO UVAS Y MELON (1650)
Otro interesante autor es Bartolomé E. Murillo quien con su obra representa la cara dulce de la Contrarreforma, con temas populares muy celebrados. Sus clientes fueron las órdenes religiosas para quien pinta temas biblícos muy familiares y amables, cercanos al pueblo (Sagrada Familia del Pajarito,1655) donde la dulzura es protagonista, y bellas y conmovedoras Inmaculadas, muy aniñadas, uno de los dogmas más respaldados por la nueva religión (Inmaculada Concepción, 1655) Del tenebrismo al colorismo, también se especializará en temática picaresca, con cuadros llenos de Niños de la calle que se buscan la vida en un mundo de dificultades.

Cabe mencionar por su originalidad a Juan Valdés Leal, quien se preocupó en reflejar la parte más dura y siniestra de la vida, con una visión funesta de lo religioso. Son famosas sus Alegorías de la muerte, Postrimerías o Vanitas: In ictu oculi o Finis Gloria Mundi (1672) donde con un crudísimo realismo se alude a la idea de que todo en esta vida es fugaz y que la muerte todo lo iguala: la riqueza, el conocimiento, la belleza, ... : en un "abrir y cerrar de ojos" toda "la gloria del mundo acaba".

3. Escuela de Madrid. Es un foco artístico vinculado a la Corte, donde la temática es más bien cortesana, de propaganda del poder del rey: destacan los retratos y los cuadros de grandes batallas. Entre sus renombrados retratistas destacan Juan Carreño de Miranda (Carlos II, 1673) y Claudio Coello (Adoración de la Sagrada Forma, 1685). Toda la producción de la capital, y del país, quedó completamente condicionada por la aparición de la figura central del Siglo de Oro: Diego de Silva y Velázquez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario