lunes, 13 de abril de 2020

Maite Profe: Arquitectura y Escultura Barroca en la Francia del Rey Sol

La Francia del siglo XVII es, tras un siglo de continuas guerras de religión, una potencia en auge, el ejemplo más revelante de Monarquía Absoluta, con reyes que ejercen un dominio omnipotente sobre su reino, sin que ninguna institución o grupo social limite sus iniciativas. Esta concentración de poderes está legitimada por el origen divino de su autoridad y tendrá en la figura de Luis XIV, el rey Sol, su máxima expresión. Al igual que en Italia, la cultura y las manifestaciones artísticas del Barroco se pondrán al servicio del poder político absoluto, exaltado, convirtiéndose en el vehículo de expresión perfecto para persuadir, promover o propagar una autoridad política incontestable. Así el arte barroco será, más que nunca, el arte de la persuasión, de la promoción, el arte de la propaganda.

Arquitectura

Con las mismas características generales que la arquitectura barroca italiana y en un mismo contexto de reformas urbanas que buscan dotar a las ciudades de una presencia universal, París se ennoblece con palacios y templos fabulosos anticipados por grandes plazas, jardines y fuentes que se unen en el plano gracias a un prodigio de abiertas y anchas avenidas. Lo italiano hará posible esta magnificencia, con un Bernini llegado a la corte francesa lleno de proyectos demasiado ambiciosos aunque muy inspiradores y, sobre todo, con artistas franceses que conocen lo que en Roma se está haciendo y lo reinterpretan en los edificios parisinos que se levantan con un característico sentido del equilibrio y de la mesura. Entre ellos destacan: 
1- Jacques Lemercier, protegido de Richelieu. Autor del nuevo Pabellón del Reloj, que amplía las estancias del Palacio del Louvre (1624), y de la simbólica Iglesia de la Sorbona (1635) con cúpula y fachada inspiradas en el barroco italiano mas clásico.
2- François Mansart. Autor de "Chateaux o Maisons", palacetes cómodos y elegantes para la nobleza y la alta burguesía, en entornos ajardinados, con fachadas articuladas con columnas, pilastras, ventanales y frontones, y rematadas con balaustradas y tejados muy elevados que esconden un piso más (áticos llamados *mansardas*) y que marcarán para siempre el hacer de la arquitectura francesa. Entre ellos, el Palacio de Maissons-Laffite (1624) o la ampliación barroca del Palacio de Blois (h. 1635).
Lemercier y Mansart juntos realizarán la berniniana Iglesia de Val de Grâce (1645).
3- Louis Le Vau será el principal intérprete de los deseos del rey Sol, muy inspirado en los bocetos que Bernini planteó pero no llegó a materializar, como se observa en la columnata clásica de la Fachada Este del Palacio del Louvre (1667). En línea con la tradición local, levantará el palacio Veau-le-Viconte(1657). Con ambas construcciones se anticipa a lo que será su obra cumbre y la del Barroco francés: el Palacio de Versalles, la obsesión del rey, el gran símbolo de su poder, con estancias donde establecerá su Corte, lejos del bullicio parisino y cerrada sobre sí misma.

LO QUE SE VE EN EL CÍRCULO ES EL PALACIO. EL RESTO SON JARDINES
El Palacio de Versalles (1661-1692) es una obra de arte total, una ciudad nueva inmensa, la más importante de la Europa barroca. Consta de varios palacios, pabellones, parques y jardines. En su creación intervinieron virtuosos artistas de todas las especialidades, destacando, además de Le Vau, el arquitecto Hardouin Mansart (sobrino de Mansart), el maestro jardinero Le Nôtre ("domesticador de la Naturaleza"), el pintor y decorador Le Brun o el escultor Girardon.  

Entre todos y más, crearon un lugar único donde destacan las fachadas kilométricas que se abren a explanadas, fuentes, lagos y bosques, o las escalinatas, salas o galerías interiores fastuosas, como la Galería de los Espejos, donde los diplomáticos extranjeros quedaban atrapados por los suntuosos muebles, tapices, lámparas y porcelanas.

4- Louis Hardouin Mansart será el arquitecto fin de siglo que no sólo consolidó Versalles, sino que realizó la soberbia Iglesia de los Inválidos (h. 1678) e ideó la Plaza Vendôme como un gran escenario para ubicar una escultura ecuestre del rey Sol de Girardon (Sustituida por Napoleón con la columna Vendôme, neoclásica)

Escultura 


En el entorno de Versalles se desarrollará una escuela escultórica muy interesante, muy condicionada por su carácter cortesano, mitológico y decorativo. De modo que los temas profanos destacarán claramente sobre los religiosos, inspirados por Bernini pero también por la escultura clásica antigua, dando lugar a obras muy equilibradas. Sus dos escultores más relevantes, al servicio del rey, serán Girardon y Coysevox.

1- François Girardon es autor del Sepulcro de Richelieu (1675) de serena perfección y medida conmoción, y del simbólico grupo Apolo y las Ninfas (desde 1666) que se encuentra en una gruta de Versalles y alude directamente al inmenso poder de Luis XIV.

2- Antoine Coysevox realizó varias de las esculturas de los jardines palaciegos y retratos de nobles como diosas griegas, como María Adelaida de Saboya como Diana (1710).

Merece la pena mencionar al menos parisino y más auténticamente barroco de los escultores franceses: Pierre Puget, amigo del dramatismo, de la tensión y de la violencia formal, como se aprecia en su conocido Milón de Crotona (1671), inspirado en Laocoonte.

Videos: Versalles palacio y Versalles jardines


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